En la tumba de Apollinaire

En esta edición de Alastor Literario, presentamos la traducción al español de "At Apollinaire's Grave" de Allen Ginsberg, realizada por el poeta nicaragüense Iván Uriarte. Miembro de la Generación del 60 y una de las voces más destacadas de la poesía nicaragüense, Uriarte nos entrega una versión que revive con maestría la intensidad visual y el ritmo espontáneo de Ginsberg, un diálogo entre tiempos y culturas donde resuenan las memorias de Apollinaire y la generación beat.

Neblina, fotografía de Gustavo Briceño Casanova

EN LA TUMBA DE APOLLINAIRE

 

…voici le temps
Où l’on connaîtra l’avenir
Sans mourir de connaissance

 

I

Visité el Père Lachaise para buscar los restos de Apollinaire,
el mismo día en que el Presidente de Estados Unidos llegaba a Francia
para la gran conferencia de jefes de estado.
Que sea entonces el aeropuerto de Orly azulado,
con la claridad primaveral del aire sobre París.

Eisenhower surcando el cielo desde su cementerio americano,
sobre las tumbas empapadas de neblina en Père Lachaise,
una bruma ilusoria tan espesa como el humo de marihuana.
Peter Orlovsky y yo cruzamos suavemente el cementerio,
sabiendo que íbamos a morir,
y así estrechamos nuestras manos temporales,
con ternura, en esta minuciosa eternidad de la ciudad.

Calles y señales, rocas y nombres sobre cada tumba,
buscando la dirección perdida de un francés notable del Vacío.
Para rendir nuestro tierno crimen de homenaje a su menhir impotente,
y dejar mi Aullido Americano temporal sobre su Caligrama silencioso,
para que él lo lea entre líneas con sus ojos de rayos X de poeta.

Como él, que milagrosamente leyó su propia muerte lírica en el Sena,
espero que algún niño-monje salvaje
deje un panfleto en mi tumba,
para que Dios pueda leerme en frías noches de invierno en el Cielo.

Ya nuestras manos casi se han desvanecido en ese lugar,
escribo ahora en París, en mi habitación de Git-Le-Cœur.
Ah, Guillaume, qué coraje tenías en tu cerebro de muerte.

Caminé por todo el cementerio y no pude encontrar tu tumba,
¿qué significaba ese vendaje craneal fantástico de tus poemas?
Oh solemne cabeza de muerto apestosa, ¿qué tienes para decir?
Nada, y eso apenas es una respuesta.

El universo es una tumba y camino solo aquí,
sabiendo que Apollinaire estuvo en esta misma calle hace cincuenta años.
Su locura yace tan cerca, en la vuelta de la esquina,
y Genet está con nosotros robando libros.
El Oeste sigue en guerra, y ese lúcido suicidio lo pondrá todo en su sitio.

 

II

Aquí en París soy tu huésped, oh sombra amigable,
la mano ausente de Max Jacob.
Picasso, joven, me entrega un tubo del Mediterráneo,
y yo asisto a un banquete rojo de Rousseau donde me como su violín.

Gran fiesta en el Bateau Lavoir, nunca mencionada en los libros de Argelia.
Tzara en el Bosque de Bolonia explicando la alquimia de las ametralladoras cucús.
Ruega por mí en el disco de tu existencia anterior,
con voz triste y dulce, rayada como la Primera Guerra Mundial.

He comido las zanahorias azules que me enviaste desde la tumba,
y caminaré por las calles de Nueva York envuelto en la capa negra
de la poesía francesa.
Improvisamos nuestra conversación en el París de Père Lachaise,
y el poema futuro que toma su inspiración de la luz,
sangrando en tu tumba.

 

III

Regresé y me senté sobre una tumba,
observando la ordinaria rudeza de tu menhir,
pieza de granito fino, un falo inacabado.
Una cruz olvidada en la roca, dos poemas cincelados:
un Cœur Réversé.

“Acostúmbrate, como yo, a estos prodigios”, anunció Kostrowitzky.
Alguien colocó un frasco de mermelada lleno de margaritas
y una rosa cerámica barata.
Tumba dichosa con flores y un corazón roto,
bajo un árbol musgoso donde me recosté,
las ramas veraniegas sombreando tu menhir en soledad.

¿Qué voz siniestra ulula, Guillaume? Tu vecino es un árbol,
donde huesos cruzados y cráneos amarillos se acumulan.
Alcools pesa en mi bolsillo, su voz resuena en el museo.

Pasos antiguos crujen sobre la grava.
Un hombre lee tu nombre y se dirige al crematorio.
El cielo despliega sus nubes mediterráneas de guerra,
mientras Apolo enamorado bebe ocasionalmente opio,
descubriendo la luz.

Una hormiga recorre mi manga de pana,
el árbol donde me reclino crece lentamente.
Ramas y bejucos brotan entre las tumbas,
una tela de araña sedosa brilla sobre el granito.
Estoy enterrado aquí, sentado cerca de mi tumba,
bajo un árbol.

 

AT APOLLINAIRE’S GRAVE

…voici le temps
Où l’on connaîtra l’avenir
Sans mourir de connaissance


 

I

I visited Père Lachaise to look for the remains of Apollinaire
the day the U.S. President appeared in France for the grand
conference of heads of state
so let it be the airport at blue Orly a springtime clarity in the
air over Paris
Eisenhower winging in from his American graveyard
and over the froggy graves at Père Lachaise an illusory mist as
thick as marijuana smoke
Peter Orlovsky and I walked softly thru Père Lachaise we
both knew we would die
and so held temporary hands tenderly in a citylike miniature
eternity

Roads and streetsigns rocks and hills and names on every-
body’s house
looking for the lost address of a notable Frenchman of the
Void
to pay our tender crime of homage to his helpless menhir
and lay my temporary American Howl on top of his silent
Calligramme
for him to read between the lines with Xray eyes of Poet

as he by miracle had read his own death lyric in the Seine
I hope some wild kidmonk lay his pamphlet on my grave for
God to read me on cold winter nights in heaven

already our hands have vanished from that place my hand
writes now in a room in Paris Git-Le-Coeur
Ah William what grit in the brain you had what’s death

I walked all over the cemetery and still couldn’t find your
grave
what did you mean by that fantastic cranial bandage in your
poems
O solemn stinking death’s head what’ve you got to say
and that’s barely an answer

You can’t drive autos into a sixfoot grave tho the universe is
mausoleum big enough for anything

The universe is a graveyard and I walk around alone in here
knowing that Apollinaire was on the same street 50 years ago

his madness is only around the corner and Genet is with us
stealing books
the West is at war again and whose lucid suicide will set it all
right

 

II

Guillaume Guillaume how I envy your fame your accomplish-
ment for American letters
your Zone with its long crazy line of bullshit about death
come out of the grave and talk thru the door of my mind

issue new series of images oceanic haikus blue taxicabs in
Moscow negro statues of Buddha
pray for me on the phonograph record of your former exis-
tence

with a long sad voice and strophes of deep sweet music sad
and scratchy as World War I
I’ve eaten the blue carrots you sent out of the grave and Van
Gogh’s ear and maniac peyote of Artaud
and will walk down the streets of New York in the black
cloak of French poetry
improvising our conversation in Paris at Père Lachaise
and the future poem that takes its inspiration from the light
bleeding into your grave

 

III

Came back sat on a tomb and stared at your rough menhir
a piece of thin granite like an unfinished phallus
a cross fading into the rock 2 poems on the stone one Cœur
Réversé

other Habituéz-vous comme moi A ces prodiges que j’annonce
Guillaume Apollinaire de Kostrowitsky
someone placed a jam bottle filled with daisies and a 5&10¢
surrealist typist ceramic rose
happy little tomb with flowers and overturned heart
under a fine mossy tree beneath which I sat snaky trunk
summer boughs and leaves umbrella over the menhir and
nobody there

Et quelle voix sinistre ulule Guillaume qu’es-tu devenu
his nextdoor neighbor is a tree
there underneath the crossed bones heaped and yellow cra-
nium perhaps
and the printed poems Alcools in my pocket his voice in the
museum

Now middleage footsteps walk the gravel
a man stares at the name and moves toward the crematory
building
same sky rolls over thru clouds as Mediterranean days on the
Riviera during war
drinking Apollo in love eating occasional opium he’d taken
the light

One must have felt the shock in St. Germain when he went
out Jacob & Picasso coughing in the dark
a bandage unrolled and the skull left still on a bed out-
stretched pudgy fingers the mystery and ego gone
a bell tolls in the steeple down the street birds warble in the
chestnut trees
Famille Bremont sleeps nearby Christ hangs big chested and
sexy in their tomb
my cigarette smokes in my lap and fills the page with smoke
and flames

An ant runs over my corduroy sleeve the tree I lean on grows
slowly
bushes and branches upstarting through the tombs one silky
spiderweb gleaming on granite
I am buried here and sit by my grave beneath a tree

Traductor: Iván Uriarte

Nacido en Jinotega, Nicaragua, en 1942, es doctor en Literatura Hispanoamericana del siglo XX por la Universidad de Pittsburgh (1980). Ha recibido el Premio Nacional de Poesía Rubén Darío en dos ocasiones: 1999 y 2016. Su bibliografía incluye más de una docena de libros, entre ellos los poemarios Este que habla (1969); Los bordes profundos (1999); Cuando pasan las suburban (2001); Genealogía de las puertas (2011); La desnudez perdida (2016); la colección de cuentos La primera vez que el señor llegó al pueblo (1996) y el ensayo La poesía de Ernesto Cardenal en el proceso social …

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Autor: Allen Ginsberg

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