No susurres a mi costado como si fuera una tumba en la maleza
Una selección de poemas de Fadir Delgado
El niño juega a ser sepulturero
Madre
he enterrado el tigre en el jardín
pero sus garras siguen afuera
¿qué hago?
Es imposible
poner
la oscuridad bajo tierra.
Indagación
El niño se ha cansado de escarbar en la ventana
Se ha cansado de querer atrapar la lluvia
Corre hacia los dibujos de los animales pintados en su cuarto
Les clava las uñas
a dragones
a delfines
y a tigres
como si quisiera sacarlos de las paredes
El enfermo cree que no lo logrará
Pero le parece bien que un niño rasguñe las paredes de un cuarto para sacar animales
La madre teme que el niño quiera abrir paraguas dentro de la casa para jugar a la lluvia
Porque no es de buena suerte eso de querer atrapar el agua
Porque no es de buena suerte eso de abrir paraguas bajos los cielorrasos
La madre teme que el niño de tanto hundir las uñas en la casa
descubra que los animales no están dibujados en la pared
descubra que la pared es una jaula
y teme que el niño abra la jaula
y que los animales no regresen nunca.
En las orillas de las puertas
Es hora de irse
Escribes el nombre de un niño en los espejos
Y yo quiero dibujarte en la mano el mapa de un parque
del que no se huye
del que no se vuelve
Y vuelves con la garganta rota
Vienes dispuesto a curarme las llagas que me han nacido bajo el reino de la fiebre
No puedes lavarme las culpas
Le has dado de beber tanto a otros que solo tienes agua de vidrio para mí
Hay un brillo que te nace como escama de todo el cuerpo
Yo no quiero tu fiebre
No quiero
el termómetro con el que se miden los infiernos de niños enfermos
No susurres a mi costado como si fuera una tumba en la maleza
Solo pon trampas en las orillas de las puertas para que el próximo domingo
no entre a esta casa
Solo enciende la luz
Veamos el desierto que se abre bajo la lámpara.
Antes del salto
No puedo callarlo:
Naciste con los ojos ebrios
Dime ahora
por qué frotas las manos como si quisieras afilar el aire
Responde
Yo te contaré sobre la enfermedad de la luz
De los suicidas que bailan con las piernas llenas de frío antes del salto
De la noche que se cura la fiebre en los hospitales
Dime que cuando me escuches no te sacarás la niebla de los ojos
No ahogarás la música en el bar
No harás del bar una canción para acunar a los enfermos
Dime que no mentí
Y yo te hablaré de los árboles del otro país
De las heridas que saltan en la boca de los hospitales
De los inmigrantes que buscan la fortuna en los pechos de los recién nacidos
Te hablaré de la gente sin ojos
Ellos no tienen ojos
Te explicaré por qué últimamente me nacen tantos niños de las palabras
Te lo diré todo
Pero responde
Ahora
Por qué frotas las manos como si quisieras afilar el aire.
Quirófano
Creo que soy un muro al que le trazan un agujero para que salga la luz
Quién lo creería
También soy una cruz en el quirófano
Lo sé:
Este lugar es brutal
No escucho la sangre que se pega a la herida de los cuchillos
El cuerpo es un pez con los ojos congelados que aún tienen el salto del agua
Estaré en este hospital hasta que las aletas revienten el hielo
Lo sé:
Los hospitales son neveras llenas de desinfectantes que buscan la blancura que no existe
No le pongan gasas a mi temblor
Escuchen los glaciales que bajan por mis piernas
Mis piernas que ahora son dos hipocampos muertos en la orilla
Mi carne está agujerada
Me amarran como un animal rabioso
Y todo mi cuerpo convulsiona
Dicen que me calme
Y siento que un cielo de pólvora va a explotarme por dentro
Han atado mis brazos
Han partido mi vientre
Quién lo creería
En la luz de este quirófano
veo el bisturí con el que abrirán mi destino.