Soy el padre que no tuve y mis rodillas sostienen a mi hijo

Diez poemas desde Guatemala.

«Hombre y muro». Foto de Víctor Ruiz.

1

 
podemos extrañar
la estación del verano
pero así es cualquier éxodo:
días que persiguen días que
persiguen días
y sólo esperamos
que el frío nos abandone
llegada la siguiente orilla
 
 

2

 
si vuelven aquellos días
en que la madrugada era
un frasco de estrellas
de balas rápidas
de gente apedreando carteles
de lágrimas cristalizadas y
dientes molidos en un pan de asfalto
aquellos días en que podíamos
llevar el corazón ceñido a la muñeca
acariciar lentamente un rostro
y guardar la mano para siempre
 
 

3

 
tengo un número inexacto
de cosas en mi cabeza
quizá porque carezco de memoria
y siento la nostalgia de mañana
tengo los sueños que me hacen hablar dormido
también un dolor sistemático que llaman sensibilidad
tengo amigos que van conmigo
hasta la madrugada
soy el padre que no tuve
también el naufragio desesperado
de tu solitario deseo
a veces tengo mi combustible
lo sabes
la poesía
mis rodillas sostienen a mi hijo
y mis manos levantan gruesos libros sagrados
ten
recibe este poema y jamás lo olvides
 
 

4

 
el olor de ciertos callejones húmedos
despierta en mi memoria viejas plegarias
sitios perforados por el tiempo y su lógica
la guerra y mi madre
la televisión respirando en la sala
y todos bebiendo café
como si nada ocurriera
 
 

5

 
el cuarto es un pantano
donde la oscuridad
nos alcanza
y lo llenamos de ruido
creyéndolo compañía
buscamos esa mano
que exprima nuestro vacío
atónitos damos vuelcos
en la rutina de un párrafo
y la soledad nos espanta
cuando se hace tan visible
entre los murmullos
y entre las esquinas
 
 

6

 
por la ciudad
caminan vacíos y solos
sin eso que hicieron existir
a fuerza de silencios rotos
para apoderarse de una promesa quieta
un pájaro muerto
un pez
una palabra capaz de cerrar
este libro doloroso
 
 

7

 
hasta lo que se va
termina
también la soledad
termina
termina cada cosa
vista
cada cosa vuelta
estorbo
termina la calle ancha
el automóvil
las luces encendidas
y el frío en mis pies mojados
 
 

8

 
debajo no hay debajo
nada es mío
ni siquiera el desprecio
por el bagazo de la escritura
esa tela finamente cortada
esa literatura
 
 

9

 
el mundo respira 
y estoy a tu lado
todos mienten
 y escribes 
solo escribes
 
 

10

 
un templo
posible entrar, imposible habitarlo
poesía