Conmoción de las aves: cuatro poemas de John Ashbery
Commotion of the Birds fue el último libro de John Ashbery. En esta edición el poeta, traductor y pintor Alain Pallais presenta versiones de cuatro poemas.
COMMOTION OF THE BIRDS
We’re moving right along through the seventeenth century.
The latter part is fine, much more modern
than the earlier part. Now we have a Restoration Comedy.
Webster and Shakespeare and Corneille were fine
for their time but not modern enough,
though an improvement over the sixteenth century
of Henry VIII, Lassus and Petrus Christus, who, paradoxically,
seem more modern than their immediate successors,
Tyndale, Moroni, and Luca Marenzio among them.
Often it’s a question of seeming rather than being modern.
Seeming is almost as good as being, sometimes,
and occasionally just as good. Whether it can ever be better
is a question best left to philosophers
and others their ilk, who know things
in a way others cannot, even though the things
are often almost the same as the things we know.
We know, for instance, how Carissimi influenced Charpentier,
measured propositions with a loop at the end of them
that brings things back to the beginning, only a little
higher up. The loop is Italian,
imported to the court of France and first despised,
then accepted without any acknowledgement of where
it came from, as the French are wont to do.
It may be that some recognize it
in its new guise-that can be put off
till another century, when historians
will claim it all happened normally, as a result of history.
(The baroque has a way of tumbling out at us
when we thought it had been safely stowed away.
The classical ignores it, or doesn’t mind too much.
It has other things on its mind, of lesser import,
it turns out.) Still, we are right to grow with it,
looking forward impatiently to modernism, when
everything will work out for the better, somehow.
Until then it’s better to indulge our tastes
in whatever feels right for them: this shoe,
that strap, will come to seem useful one day
when modernism’s thoughtful presence is installed
all around, like the remnants of a construction project.
It’s good to be modern if you can stand it.
It’s like being left out in the rain, and coming
to understand that you were always this way: modern,
wet, abandoned, though with that special intuition
that makes you realize you weren’t meant to be
somebody else, for whom the makers
of modernism will stand inspection
even as they wither and fade in today’s glare.
THE UPRIGHT PIANO
Did we once go to bed together?
And how was it? I need your help on this one.
Good thing it happened, too-
Intelligence without understanding
is like constant front, pounding at the temples
until its bargain is overseen. I kid you not.
We “bought into” the ephebe-consciousness scam
that razed our era, and the next one.
What was it about those boys? Some were plain,
others smooth. All enjoyed the sun
for as long as it chose to shine upon them.
But there were texts to be looked to, dark as forests
when the sun shines in central summer.
Nobody did the escaping this time.
Work with your hands a little bit.
You might want to convert yourself
on a scholarship. I’m hoping to live with him.
I can’t tell if it’s possible. The blood-presence drives
to sleep longer on the couch, as the fair one pines.
Oh averages! It was your story that brought us down,
at the first posts, under green leaves.
Your logic I forswore, even as its wave reached out toward me.
Hard lines. Besides, it’s poor form. (Pure form?)
Somebody left their toothbrush on the dance floor.
My understanding, cool from the diagnosis,
is they don’t want it to be there.
You mean you’re suffering like everybody?
That, and a few more kicks to the groin, means we’re finished here.
O idle light! How polished you were at first!
If things darkened afterward, that was no one’s fault
except the self-appointed guardians of our civility’s,
who nattered on, dense with the realizing it.
We knew it before. So many flowers washed up on the beach
it was pure chaos, or fun. Now it’s time to pay.
STRENGERS MAY KISS
It wouldn’t be the first time (either),
curvaceous, some of the art work
keeps spilling, and so on.
Don’t say anything.
(You always need to get somewhere,
civil engine,
some more dumb bunny cheesecake.)
Thanks for having me
slipshod and enjoy
his undistinguished underwear.
Literary schools and manners
was not mistaken about his
it got that way just at the end
not after eleven o’clock at night,
chubby accent.
Fact: I’m tempted to sort of slither in its path,
all that rot.
Where you going to hang it from?
Yes I suppose so and
I want you to get another one of those
from apparent disorder but
but kind of
even drink to this.
You probably won’t see us again.
Is it great being uncomfortable there?
We didn’t call it that.
BUT SERIUSLY
Do not include anger at the distance
it takes to get from here to the hill of downtown
that bears the sapphire tower.
Others than you have made the trip, and found
Little to marvel at once the arriving was over.
Your words hold too much meaning once
they’re released. Save an epigram
for the jar. Once it is lapsed
you’ll wear it like an endorsement,
jewel that goes nowhere.
All along the creek where we once stood
new ball games are being absorbed
and declassified. Does that matter to us?
Or is it already time to go back in?
On the Waterfront was a good movie. Can we leave it at that?
CONMOCIÓN DE LAS AVES
Viajemos a lo largo del siglo diecisiete.
La última parte es admirable, mucho más moderna
que la primera. Luego tenemos la Comedia de la Restauración.
Webster, Shakespeare y Corneille fueron geniales
para su época pero no tan modernos,
un avance en el siglo dieciséis
de Enrique VIII, Lassus y Petrus Christus, que, paradójicamente,
parecen más modernos que sus sucesores inmediatos,
Tyndale, Moroni y Luca Marenzio entre otros.
Casi siempre es una cuestión de apariencias más que de ser moderno.
Pues aparentar es casi tan bueno como serlo y, a veces
y ocasionalmente, es igual de bueno. Que si pudiera superarlo
sería una pregunta para filósofos
y otros de su clase, quienes entienden las cosas
de una manera diferente, aunque estas cosas
casi siempre son esas mismas que ya conocemos.
Sabemos, por ejemplo, cómo Carissimi influyó en Charpentier,
deliberadas proposiciones con una curva al final
que lleva las cosas al inicio, solo que un poco
más arriba. Ese artificio cíclico es italiano,
importado a la corte francesa y al inicio despreciado,
luego aceptado sin dar crédito alguno
a su origen, como acostumbran los franceses.
Es posible que reconozcan
su nueva apariencia—algo que podría acontecer
en siglos futuros, cuando historiadores
afirmen que fue un acontecimiento natural, como resultado de la historia.
(El barroco tiene la costumbre de arremeter contra nosotros
cuando pensábamos que ya había sido archivado para siempre.
El clásico lo ignora, o poco le importa.
Tiene otros asuntos en mente, de menor importancia)
Aun así, hacemos bien al crecer con él
esperando con impaciencia al modernismo, cuando
todo mejoraría, de alguna manera.
Mientras, lo mejor es satisfacer nuestro gusto
en lo que le plazca: este zapato,
esa correa, parecerán muy útil ese día
que la meditada presencia del modernismo se instale
en todos lados, como los restos de una construcción.
Está bien ser moderno si puedes soportarlo.
Es como ser olvidado bajo la lluvia para luego
comprender que siempre fuiste así: moderno,
mojado, abandonado, pero con esa intuición particular
que te hace comprender que no estás destinado a ser
alguien más, para quien los creadores
del modernismo pasan inspección
mientras se marchitan y desvanecen frente a la mirada del presente.
PIANO DE PARED
¿Alguna vez nos fuimos a la cama?
¿Y, cómo estuvo? Necesito me ayudes a recordarlo.
Lo bueno es que sucedió, también —
El intelecto sin comprensión
es como una incesante portada golpeando las sienes
hasta que su oferta llame la atención. No estoy bromeando.
"Caímos" en la trampa de la efebo-conciencia
que arruinó nuestra era y la siguiente.
¿Qué de especial tenían esos chavalos? Muchos eran sencillos
otros eran apacibles. Todos disfrutaban del sol
con tal que éste brillara sobre ellos.
Pero había textos que escudriñar, oscuros como los bosques
cuando el sol brilla en un verano central.
Esta vez nadie logró escapar.
Utilizá un poco tus manos.
Quizá deseés convertirte
en un becado. Espero vivir con él.
No podría asegurar que es una posibilidad. La presencia de sangre hace
que pase más tiempo durmiendo en el sofá, como la verbena que uno añora.
¡Oh mediocres! Fueron sus cuentos los que nos derribaron,
en los primeros puestos, bajo las hojas verdes.
A tu razonamiento renuncié, aunque su ola me haya alcanzado.
Versos rígidos. Y, con una forma pobre. (¿Forma pura?)
Alguien olvidó en la pista de baile el cepillo con el que se lavan los dientes.
Según entiendo, por el diagnóstico,
no lo quieren allí.
¿Querés decirme que sufrís como todos?
Eso, y algunas patadas extras en la ingle, significa que aquí nuestro trabajo ha terminado.
¡Oh luz vacía! ¡Cuán refinada fuiste al inicio!
Si las cosas se oscurecieron después, no fue culpa de nadie
sino de los autoproclamados guardianes de nuestro civismo,
quienes siguieron la verborrea, lerdos al darse cuenta.
Lo supimos con anticipación. Tantas flores en la playa arrastradas por la marea
fue todo un caos o mera diversión. Es tiempo de pagar.
LOS DESCONOCIDOS PUEDEN BESARSE
No sería la primera vez (tampoco),
curvilíneo, algo de la obra de arte
sigue derramándose, y así por el estilo.
No digás nada.
(Siempre necesitás llegar a un punto,
maquina civilizada,
algo más del tonto pastel de queso en forma de conejito.)
Gracias por recibirme
andrajoso y disfrutar
su deslucida ropa interior.
Escuelas literarias y modales
nunca se equivocó de los suyos
se puso así justo al final
hasta después de las once de la noche,
con un tono rollizo.
Hecho: tengo la tentación de arrastrarme por su camino,
en toda esa podredumbre.
¿De dónde lo vas a colgar?
Sí, supongo que sí y
quiero que traigás otro de esos
del aparente desorden pues
pues algo así
y bebé a la salud.
Probablemente no nos volvás a ver.
¿Es acaso algo grandioso estar allí incómodo?
Nosotros le dábamos otro nombre.
PERO EN SERIO
No le añadás ira a la distancia
para llegar desde aquí a la colina del centro de la ciudad
se requiere llevar la torre de zafiro.
Otros además de vos han hecho el viaje y, a su llegada,
han encontrado muy poco de qué maravillarse.
Tus palabras tienen tanto sentido una vez
que las liberás. Guardate un epigrama
para el frasco. Cuando caduque
lo llevarás como un objeto de aprobación,
joya que no llega a ningún lado.
A lo largo del arroyo donde una vez estuvimos
nuevos juegos de pelota están siendo absorbidos
y desclasificados. ¿Acaso eso nos importa?
¿O ya es hora de volver?
On the Waterfront fue una buena película. ¿Lo dejamos así?