El humo y el cielo; el pasado y el presente se confunden

La poeta Iveth Vega, una de las nuevas voces de la poesía centroamericana, nos ofrece una selección de su exquisita cosecha meditativa. 

Plaza, por Berman Bans

MANTÍCORA

 

¿Quién quita sus ojos del cometa cuando estalla?

JOHN DONNE 

 

Escuchen mi voz, cobardes humanos. 

Les contaré de dónde vengo y mis motivaciones. 

 

Vas a caer, vas a caer.

 

Yo soy el que rodea la Tierra para comprobar que todo marche bien. 

Yo soy el alba. 

 

Yo soy el que hace temblar el suelo, el que desprendió las cataratas de sus ojos para que pudieran ver. 

 

Vas a caer, vas a caer.

 

Yo me entregué a esta dimensión. No me acostumbré nunca a la oscuridad. Soy el amanecer que cae. 

 

No crean en los embusteros, yo soy la libertad deleitosa. 

 

Yo los conozco, conozco a la perfección los resortes del hambre, conozco el frío de la muerte. 

Yo soy el fuego transformador. 

 

Vas a caer, vas a caer.

 

Yo soy la caída universal y ustedes caen conmigo.


 

(En: El lenguaje de las burbujas, 2022). 

 

YO HUMANÍSIMO

 

El mundo se revela a quienes viajan a pie.

WERNER HERZOG 


 

Voy desfilando con las nubes. Imitando el baile de los relojes. 

Abriendo los ojos del asombro. 

Miro los pájaros volar y no hay nada más sabio que silbar con ellos. 

Yo puedo explicarles el tiempo y escribirles un poema sobre el sol. 

Puedo clasificar las semillas con mis dedos gastados, 

y enumerar las burbujas de tu copa sin necesidad de verlas. 

Soy el dios humanísimo del aire. 

Aunque mis pies fueron creados para correr, han aprendido el arte de las contradicciones. 

He aprendido a caminar despacio, alzando las manos para guiar los golpes luminosos de la atmósfera y el lugar a donde van los aviones. 
 

(En: El lenguaje de las burbujas, 2022). 

 

SILENCIO

 

En aquellos años pensabas que para conocer la profundidad era necesario bajar los ojos. 

 

Ahora comprenderás que la profundidad se alcanza al guardar silencio. 

Llegas tarde a tu cita. 

Buscas atar los hilos de la red, pero te vas quedando sin manos. 

No quieres aceptar la inmovilidad, la no pertenencia, la sabiduría silenciosa. 

Calma, el cuerpo solo es un envase desechable.


 

(En: El lenguaje de las burbujas, 2022). 


 

E


 

Décadas después de la caída mineral, Amelia logra despertar. 

En medio del aturdimiento logra recordar un pasado espléndido, 

algo que se curva por la voz, algo entre pez y anémona. 

Recuerda la luz entre los platanares del Bósforo, los cultivos de limones y la puerta de Ishtar. 

Se mueve lentamente. 

Tira de los hilos que abrirán las cajas. 

 

―Cúbrete el rostro, Amelia y abrázate las piernas. Debes cerrar los acuarios de tus ojos, porque aquí, te hemos olvidado.

 

(En: El lenguaje de las burbujas, 2022). 

 

SUEÑO QUE SOY UNA HORMIGA ROJA

 

Los fenómenos nos tocan los pies, con relojes, con espejos, con mordiscos. 

Caemos bruscamente en el Cañón de Bryce para iniciar la procesión de las hormigas. 

Vamos enceguecidas por tanta luz, llevamos sobre nuestras cabezas las semillas de la civilización, por un camino que no acaba nunca. 

El humo y el cielo; el pasado y el presente se confunden en el sopor del cénit. 

 

Nos quedan doce segundos antes de que alguien nos despierte con la vulgaridad de una botella destapada con violencia.


 

(En: El lenguaje de las burbujas, 2022).

 

BAIA

 

Pasa tu mano por la sedosidad de las olas, pero no reposes en la superficie. 

Examíname con tu ojo de cíclope y lánzate a las profundidades submarinas. 

Los siglos me han sellado los labios, pero aun así puede guiarte mi voz en el lenguaje de las burbujas. 

 

Todas las cosas cambian. Antes aquí todo era bermejo, como la sangre, como la carne, como el vino. Hay que entender cómo estas cosas se relacionan. 

Ahora todo es azul verdoso, infinitamente bello, infinitamente mudo. 

 

Cierra tus ojos y déjate llevar por la espuma. 

Los tentáculos no le bastan al pulpo al acariciar los mosaicos, tus diez tentáculos tampoco bastarán. 

 

Déjate seducir por la suavidad de mis ondas, que el tiempo no se detiene, pero aquí tiene prohibido correr. 

 

Enrédate en mis algas y olvida el mundo de las superficies donde todo es violencia y presunción.




 

(En: El lenguaje de las burbujas, 2022). 

 

O

 

¿Quién soy yo? Soy quien dirige la orquesta de los cuerpos calientes.

He orbitado alrededor de la Tierra, en cada giro he visto mis días pasados y mis días futuros. Debo regresar. Debo ordenar mi vida y poner una piedra que antes no existía. 

Un símbolo terrestre. 

 

¿Quién soy yo? ¿La hija de la guerra? ¿La hija de las aves? ¿La hija de Cronos?

Ahora mismo no lo sé, pero en unos años me sabré mi discurso de memoria. 


 

(En: El lenguaje de las burbujas, 2022). 


 

TRANSITORIEDAD

 

Descubro, hoy, un texto, y estoy convencido de que
todo el secreto de mi paso por el mundo se vincula a él. 

OSMAN LINS

 

Misteriosos son los caminos que escoge la tinta para conmover los ojos de quien ve, los dedos de quien escribe, los labios del poeta que recita de memoria las palabras que un ave fénix ha depositado en su garganta en la tarde verde-azul a media luz de julio a media sombra del fuerte que se desmorona.

El viento arrastra débilmente el olor de las ciudades añoradas y nuestros dos paraguas se alejan uno del otro. 

El motivo que nos atrajo es el motivo que nos aleja.

Misteriosos son los caminos que escoge la piedra en su viaje de la mano al agua.
Las ondas concéntricas oscurecen el estanque.

Muerte y vida, muerte y transitoriedad, vida y sospecha. 
La saciedad nos acerca y el vacío dice: estás, pero no estás.
La ausencia condensará estos recuerdos en sincronía con la mano invisible que pinta unos crisantemos rojos en el horizonte y la música de un piano dictará el ritmo de los pasos que se irán borrando de la arena. 


 

(En: Amatista, 2025).


 

7

 

Un heroísmo peculiar se propaga por el mundo desde la invención de la cámara: el heroísmo de la visión. 

SUSAN SONTAG

 

El hombre de la cámara toma fotografías porque no sabe qué hacer con su voz, 

no sabe qué más hacer con sus manos, no sabe a dónde dirigir sus pensamientos. 

Sus pies se mueven por las rutas conocidas de los sueños, buscando evitar las emboscadas sin dificultad. Andar los caminos sin retorno. Hacer ventanas donde no las hay. 

El hombre de la cámara ha aprendido a ver todo a través de las lentes, a amar a través de los retratos, a encajar en las mesas pequeñas.

Toma fotografías porque no sabe qué hacer con su amor, porque no sabe cómo abrir la boca sin herir. 

Toma fotografías porque ese es el lenguaje y esos son los signos con los que puede hablar.


 

(En: Álbum de fotografías, Inédito).


 

22

 

Con mano paciente se ha arado el camino. Con mano paciente y laboriosa.
De hombro en hombro se ha balanceado el peso del engaño, la astucia y el robo para huir de la explosión esférica y dorada.

 

Con pie descalzo y sucio se ha andado el camino. Con pie dolorido y ensangrentado para llevar de una dinastía a otra la semilla del ornamento a los salones del aire y del agua.

Una explosión aromática y amarga.

 

Con lágrimas y pinchazos se ha irrigado el cauce de los siglos donde vibran las blancas flores: medicina para los niños, veneno para las bestias.

Los colores ilustrarán este pasado cítrico y colorido en la fina tela de los heraldos.

 

Las naves cruzan los mares de un continente a otro, oro a cambio de oro.

Se dictan once fragmentos y once letras para la reconciliación y el dulce baile de la infancia.



 

(En: Álbum de fotografías, Inédito).



 

37

 

Antes de aprender a hablar, conozco el mundo de las imágenes: Lenguaje desbocado, colores inefables, rostros incorruptibles. 

Antes de acercarme a alguien, me acerco a su retrato. 

Mi casa es la Babel del mundo, donde flotan pesadamente todos los retratos y los atardeceres.

El mundo es sucesión de imágenes. La poesía es sucesión de imágenes. 

La distancia entre un tiempo y otro se mide en imágenes, y las imágenes atestiguan la verdad. 

Imágenes nuestras de cada día. 

Antes de saber que mi padre es mi padre, sé que es fotógrafo.



 

(En: Álbum de fotografías, Inédito).

 

Iveth Vega

(Santa Bárbara, Honduras, 1991).

Escritora. Licenciada en Letras con orientación en Literatura (UNAH).
Ha publicado los libros: Elementos sucesivos (2021), Amatista (2021, reeditado en 2025) y El lenguaje de las burbujas (2022).
Ha sido publicada en más de veinte antologías y revistas literarias nacionales e internacionales.
Ha sido galardonada en seis certámenes nacionales, entre ellos, el Premio Nacional de Poesía «Los Confines» (2021), considerado el mayor galardón de poesía en Honduras.

 

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